martes, 23 de noviembre de 2010

Pesca en el Archipielago de los Roques Venezuela

En el mes de agosto comenzamos a planear un viaje de pesca y mi amigo Mauricio sugirió Los Roques. Fue el detonante para empezar a soñar con un viaje de pesca diferente, a un lugar donde uno imagina como un paraíso para la pesca con mosca.
Comenzamos a preguntar a pescadores que ya habían estado en Los Roques sobre equipos, moscas, cañas, ropa, etc., y a partir de ese momento comenzó nuestro viaje.
Lo primero fue hacer las reservas correspondientes: aéreos, alojamiento y guía. Lo mejor fue armar todo el paquete con nuestro amigo Daniel Colnaghi, el se encargó de todo lo referente a reservar y nosotros pudimos ocuparnos de lleno en los equipos.
Decidimos llevar cañas #8 para la pesca de bonefish, permit y baby tarpon, y cañas #10 para los tarpones grandes. Es importante llevar un par de cañas de repuesto ya que en la isla no hay absolutamente nada, ni un lugar para comprar una mosca, así que es muy importante llevar todo lo necesario y algo más por si acaso.
Las cañas que usamos son de última generación, esto es muy importante porque la acción progresiva de las mismas ayuda para poder efectuar cast muy precisos.
También los reels que usamos son de alta calidad, ya que no solo tienen que ser aptos para la pesca en agua salada sino que además tienen que tener un muy buen sistema de freno. Los bonefish de buen tamaño tienen corridas de por lo menos 50 metros a toda velocidad y es necesario un buen freno para que trabaje correctamente. Por otro lado los tarpones son pura fuerza y no podemos jugarnos a que el reel nos juegue una mala pasada por ser de baja calidad, puedes tener solo una oportunidad para sacar el pescado de tu vida, y para ello hay que tener el equipo lo más afinado posible.
Para todas las especies que intentamos pescar usamos leaders y tippet de fluorocarbon, es fundamental hay una gran diferencia con los nylons clásicos, el fluorocarbon además de ser menos visible en el agua tiene gran resistencia a la abrasión, recordemos que en esta pesca casi siempre estamos en fricción con corales, arena y manglares, y no nos olvidemos de las fuertes mandíbulas de los tarpon. Para los bonefish y los permit se recomienda tippet de #10 y #12 libras, para los tarpon #60 libras.
En cuanto a las moscas hay una gran variedad para usar, desde la famosa Black Death para los tarpon hasta la Gotcha para los bonefish, pero si duda en esta época del año la nota la da los gummy’s flies, estas moscas para los que escuchan su nombre por primera vez son imitaciones de pequeños peces, hechas de una goma muy blanda y vienen en varios tamaños. Nosotros utilizamos en anzuelo 2/0 y 3/0 para los tarpon y en anzuelo 6 para bonefish.
Algo para tener muy en cuenta a la hora de preparar el viaje es la ropa. Sugiero utilizar en lo posible camisas manga larga para protegernos del sol, y que sean de telas de secado rápido.
Tengan en cuenta que el sol en el Mar Caribe pega muy fuerte al mediodía, no está demás llevar un cuello de tela liviana que nos protege del fuerte sol. Hay que llevar algún tipo de botitas de neoprene para poder caminar sobre el coral y no lastimarnos. Por supuesto gorra y fundamental un par de buenos lentes, recuerden que estamos todo el día mirando el agua para poder ver peces que a veces son solo sombras, y hay que distinguirlos lo más rápido posible para poder arrojar la mosca en el lugar correcto sin perder tiempo. Toda la pesca que hicimos fue visual, viendo a los peces y casteando hacia ellos. Realmente fue una gran ayuda llevar nuestros antejos Costa, son realmente irremplazables, terminada la jornada de pesca nuestra vista estaba intacta.
En el caso de los bonefish la pesca se realiza en lugares bajos (flats), con el agua generalmente a la rodilla, cuesta un poco al principio visualizarlos, pero una vez que nuestro ojo se acostumbra a verlos es una experiencia increíble. El pique de este pez es suave, pero una vez que se lo clava (la técnica para esto es con la mano sosteniendo la cola con firmeza) hacen una o dos corridas espectaculares, nunca creí que un pez de ese tamaño podría hacer semejante derroche de energía.
En todas estas pescas es muy importante no tratar de clavar parando la caña, es un hábito hacerlo, pero hay acostumbrarse a clavar con la mano.
Los tarpones generan más adrenalina, los asechamos, estamos mirando el agua para ver cuando la carnada (pequeños peces) se abre, eso indica que viene uno, y nos alistamos para castear uno o dos metros delante de su boca y cuando se acerca tentarlo moviendo la mosca. Si toma la mosca hay que clavarlos con firmeza y luego viene lo más emocionante, su salto. En este viaje pudimos clavar dos de los grandes (50 o 60 kilos), los dos saltaron, uno cortó después de 30 minutos de lucha y otro soltó la mosca en el salto. Creo de todas manera que bien vale la pena el intento, fue algo que es difícil describir con palabras, sencillamente ESPECTACULAR!
Otro capítulo aparte merecen los difíciles permit. Estos son peces semejantes a una gran palometa, comen sobre el coral cangrejos, y se los ve con sus enormes colas fuera del agua, buscando comida en el fondo. Para pescarlos hay que ir caminando sobre los corales, tratando de ver cuando sacan sus colas fuera del agua, acercarse a una distancia para poder castear y hacer un castdesconfiados y además hay que clavarlos. Nosotros tuvimos solo dos piques pero no pudimos clavarlos, tomaron la mosca y la escupieron. Estos peces una vez clavados son verdaderos “trenes” en el agua, en fin quedará pendiente para la próxima.
La otra pesca a la que haré referencia es la de los baby tarpon en lagunas de agua salada, en manglares bajos, es realmente muy deportivo. Una vez que llegamos a aguas poco profundas nos bajamos de la lancha y vadeamos la laguna, hasta que nuestra vista encuentre uno. Para esta pesca usamos caña #8, es mucho más deportivo para tarpones mas pequeños. En estos lugar es más probable que si ponemos la mosca en el lugar justo el tarpón vaya a tomarla. Cuando se clava al pez tenemos que ir volcando la caña de costado, contrario al pez, para mantener la tensión en la línea, recordemos que efectúa varios saltos y es ahí donde se desprende la mosca. Estar con el agua a la cintura y peleando un tarpón es una sensación única, realmente pudimos pescar varios y fue inolvidable.
Luego de 6 días de pesca terminamos cansados, felices, y satisfechos. Antes de abordar el avión que nos traía de regreso solo se nos ocurrió decir una cosa: EL AÑO QUE VIENE VOLVEMOS ESTO ES EL PARAÍSO!!!
                                                                                                                         Guillermo Manzo



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